No, no es un cuento, pero sí una ciudad de cuento. Ni propios ni extraños sabemos explicar qué conjuro habita en sus calles, pero todos volvemos.
El anciano es un dalit, un paria, un descastado, un intocable. Casi arrastrando los pies, sale lentamente del rio...
Con vergüenza, amor, con odio, con miedo, así se escribe poesía en el país que odia a las mujeres.
Tu amor por esta ciudad siempre sobrepasó toda convención. La fuerza que yo no tuve para quedarme tú la volviste semillas, abriste siempre tu pecho, a los tuyos y a los extraños, la ciudad te cubrió de besos y... Seguir leyendo →
Dejaron de dolernos sus nombres, dejamos, con mucho esfuerzo, de cargar con sus adioses. Finalmente los vencimos.
Como me sucede a menudo, llegué tarde a ella. Me enteré de su existencia al siguiente día de su muerte, cuando todos los diarios polacos hablaban de la hija adoptiva de Cracovia, la gran poeta Wisława Szymborska.
También era verano, y mis hermanas y mi sobrino habían venido a Europa y querían conocer el campo –bueno, en realidad mi sobrino quería solo conocer estadios de futbol: el del Estrella Roja de Belgrado o el del Dínamo de Zagreb, pero tuvo que ceder-.
Pensándolo bien, los finales siempre me han arruinado las mejores historias, así que puede ser mejor que algunas no lo tengan.
Si hoy te buscara -como quizá debí hacerlo hace 10 años-, y tú no tuvieras ningún él, y yo no tuviera ninguna ella?