Nací y crecí en la caótica Ciudad de México. Me gusta el rock, cocinar y comer, Dylan y Sabina, el pesimismo de Reverte y Marías, la poesía, el humor, los inviernos fríos y el café. He pasado los últimos años entre Minneapolis, Chiapas, la India y Polonia, donde enseño español a extranjeros.
Escribo, me quejo, me enamoro. Nada extraordinario.
Mi libro, Cada muerte el fin del mundo, Ed. Adarve, disponible en Amazon y en Librerías Gandhi.