¿Y si hoy fuera a buscarte?

¿Si me plantara ante tu puerta,

si me encontraras a la vuelta del trabajo,

o te esperara en esa terraza

a la que vas a comer los jueves,

y te dijera que a veces he pensado

muy en serio

en jugar a las fugas?

 

¿Qué sería de nosotros si hoy fuera a buscarte

(acaso aún queda algo de aquel nosotros)?

 

¿Y si todas las ganas se me volvieran valor

y hoy te buscara

-como quizá debí hacerlo hace 10 años-,

y tú no tuvieras ningún él,

y yo no tuviera ninguna ella?

 

¿Qué seríamos tú y yo

sin estas contradicciones?

 

Seríamos, por supuesto,

tú y yo, sin contradicciones.

Seríamos yo con ella,

tú con él.

 

Seríamos nosotros con ellos,

como hemos sido,

¿y nosotros sin ellos,

cómo podríamos ser?

 

Lo cierto es que hoy tampoco iré a buscarte.

Hoy tampoco.

 

Mañana no sé.