Hay un hombre, en algún sitio, a quien no conozco, a quien no odio, pero al que imagino. Lo único que sé de ese hombre, es que te ha invitado un café...
profanos gimnofíliacos dando vueltas, delirantes, empapados, las uñas no bastan, vamos en picada al abismo...
Por cada risa entre amigos, un feminicidio; por cada beso, una bala; por cada abrazo, un desaparecido. Me da miedo volver a esta ciudad, esa es la verdad
Hace unos días te escribí un poema. Me tomó casi una tarde, un café y dos vodkas.
Ojalá vinieras un día. O tres. Un día de octubre, un día de enero, y un día de junio.
Ella estaba llena de una locura que se le salía por los poros, por los besos, por los puños.
He sabido también que has hecho todo lo que has querido, que te casaste que lo amas y él a ti, que disfrutas tu trabajo, que tu familia está bien...
No te preocupes por ocultarlo, yo lo sé, lo he sabido desde el principio. Sé que estás aquí porque él se ha ido...