Amarás a Dios sobre todas las cosas,
sobre la mesa y la mujer
que crees que amas,
sobre tus padres,
sobre la patria,
sobre la cama.
No jurarás el nombre de Dios en vano,
no importa si eres poeta,
asesino,
o un humano más con la soledad
en las manos.
Santificarás las fiestas,
hay que celebrar la Navidad y la Pascua
y condenar las demás borracheras.
No matarás,
estoy de acuerdo,
no robarás,
que Robin Hood opine primero,
¡no fornicarás!
por Dios.
No levantarás falsos testimonios ni mentirás,
y si encima me dicen que no debo desear
a la mujer de mi prójimo,
yo me pregunto,
entonces a cuál.
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