Luis García festejando el gol: ¡Agüevo, hijos de su puta madre! Ese grito de falsa victoria que encierra y expresa tanto de México es mi primer recuerdo mundialista.
Por culpa de esta decisión de la FIFA –la de celebrar la Eurocopa y la Copa América al mismo tiempo, llevo ya un par de semanas durmiendo muy mal, a intervalos irregulares de tres o cuatro horas, quedándome despierto hasta las 5 am, o durmiendo por la tarde y levantándome a las 2 am.
Hoy, por primera vez en mi vida, mi equipo juega una final de liga en su estadio y yo la veré por televisión, en un agujero frío a 10 mil kilómetros. Y eso es muy, muy jodido.